
Una de las principales causas del malgasto de agua en casa se debe a hábitos que no son siempre los más adecuados, como utilizar el lavavajillas cuando está vacío, bañarse en vez de ducharse y lavarse los dientes con el grifo abierto. Si añadimos posibles fugas, el despilfarro puede ser aún mayor.

La mayoría de las campañas que fomentan el ahorro del líquido elemento apunta a un consumo irresponsable por parte de los individuos, a pesar de que no siempre es así. En ocasiones, las averías y las fugas pueden ser las responsables de este gasto extra, hasta el punto de llegar a provocar el derroche de 180 litros de agua anuales. Un despilfarro que se nota no sólo en el medio ambiente, sino también en nuestros bolsillos, por lo que debemos vigilar los medidores de consumo y leer con detenimiento los recibos, acciones que pueden ayudarnos a descubrir posibles fugas.
Evita el malgasto
Implantar economizadores y descartar fugas es sólo el primer paso a la hora de fomentar el ahorro de agua en el hogar. A partir de este punto, lo mejor es recapacitar sobre una serie de hábitos cotidianos: si dejamos o no el grifo abierto mientras nos cepillamos los dientes, si llenamos la bañera hasta arriba, o incluso si paramos el agua mientras nos enjabonamos. Lo mejor es pasar a la acción mediante gestos sencillos. Descongela los alimentos sacándolos con suficiente tiempo de antelación para que no sea necesario recurrir al grifo. Además, conviene que nos acostumbremos a ducharnos en lugar de llenar la bañera. Son gestos que conviene revisar porque, aunque puedan parecer nimios, pueden provocar pérdidas de entre 20 y 40 litros de agua.
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